Sin una salud oral sana no podrás disfrutar de comer, pronunciar adecuadamente, y muy importante, estar bien y sonreír. Mientras más informado estés, más saludable estarás y podrás contribuir a orientar y reconocer los problemas de salud que te afectan y que en muchos casos, causan consecuencias irreversibles.
El miedo es uno de los factores que más contribuye a que no se visite al dentista con regularidad. Mientras más pospongas la visita al dentista, más empeora tu salud oral. Si quieres tener visitas al dentista libre de molestias y evitar procedimientos largos, está en tu control seguir la rutina de mantenimiento que recomienda el dentista.
Durante el examen dental, se evalúan las herramientas para que puedas mantener una salud bucal adecuada y cuán frecuentes deben ser las visitas, de acuerdo con tu condición particular. La prevención es la prioridad para disminuir el riesgo de tener complicaciones.
Recuerda que nuestros dientes, en su gran mayoría, crecen saludables en la cavidad oral cuando somos niños, al igual que nuestras encías. Y podemos evitar que se deterioren con caries, gingivitis y enfermedad periodontal, al seguir las recomendaciones del dentista y el personal auxiliar. Tener una mordida adecuada y alineada también es otra manera de evitar deterioro en los dientes y las encías.
Por otro lado, una pobre salud oral puede aumentar la placa dental y resultar en diversas enfermedades y condiciones. Por ejemplo, el pobre cuidado de la boca se asocia con enfermedades crónicas tales como la diabetes, el alzheimer y las enfermedades cardíacas. Además, la enfermedad oral se asocia con comportamientos de riesgo tales como el consumo de tabaco e ingesta de alimentos y bebidas azucaradas.