Para eliminar la placa bacteriana y mantener el sarro a raya lo más importante es seguir buenas pautas de higiene bucal y ser constantes con las mismas.
La primera norma básica, y la más evidente, es cepillarte los dientes y lengua después de cada comida (durante dos minutos) para impedir que se forme la placa. No obstante, no basta con el cepillado convencional; además, tienes que complementarlo con el interproximal y el hilo dental para llegar a las zonas más complicadas. El uso de colutorios también puede ser un excelente complemento, pero siempre bajo la supervisión de tu dentista.
Limpieza dental profesional
Como hemos visto, la higiene dental es lo más importante para evitar la acumulación de sarro. Pero también es es de vital importancia acudir a tu clínica dental como mínimo una vez al año para una revisión y en caso necesario, una limpieza dental profesional.
Uno de los métodos profilácticos habituales de las limpiezas dentales consiste en desprender el sarro mediante una punta de ultrasonidos. Y si el sarro ha afectado a las encías, tu especialista valorará la necesidad de un curetaje desinflamatorio periodontal mediante instrumentos de alisado y raspado radicular.
En definitiva, aunque en principio parezca una afección leve y asintomática, el sarro dental representa una amenaza para tu salud, por lo que te interesa prevenir su formación. La detección temprana también es clave para evitar males mayores. Sigue las pautas de higiene de manera rigurosa y no olvides acudir a tu dentista para un examen periódico.