En el último día de la Cumbre de las Américas, Estados Unidos presentó la esperada declaración sobre migración en América Latina. El documento se presenta como una asociación regional de responsabilidad compartida sobre el asilo y el control fronterizo, pero se desconoce cuántos países la firmarán.
Dos días antes, durante el discurso inaugural de la novena Cumbre de las Américas, el presidente estadounidense Joe Biden afirmó que “una migración segura y ordenada es buena para todas nuestras economías, incluida la de Estados Unidos. Puede ser un catalizador para el crecimiento sostenible, mientras que la migración irregular no es aceptable“.
El término clave para Biden es responsabilidad compartida, debido a que Estados Unidos no quiere cargar con todo el peso del flujo migratorio. Y aún menos a pocos meses de las elecciones de medio mandato de noviembre, en un momento en que la alta inflación hace caer su indice de aprobación entre la opinión pública.

No han trascendido los detalles del texto, pero una funcionaria gubernamental anónima afirmó que Biden “está pidiendo a todos los gobiernos a lo largo de la ruta migratoria que establezcan o fortalezcan el proceso de asilo en sus respectivos países“. También, que “refuercen sus fronteras de manera más efectiva, realizando controles y expulsando a las personas que no son elegibles para el asilo“.
La odisea de los migrantes hacia Estados Unidos
Según datos oficiales del mes de abril, unos 7.500 migrantes irregulares, en su mayoría de Centroamérica, pero también de Cuba, Nicaragua Venezuela y Haití, intentaron cruzar a diario la frontera con Estados Unidos. Pasan por México, dónde una caravana de miles de migrantes avanza actualmente hacia el norte, rumbo a Estados Unidos.
La incógnita es cuántos países firmarán la declaración, en un momento en que la relación de Washington con algunos de sus vecinos no pasa por su mejor momento.
Según la funcionaria gubernamental, Estados Unidos “no espera que todos los países firmen“, pero priorizará por “aquellos mas afectados por la migración y los flujos de refugiados“.
La lista de países invitados a esta cumbre prendió la mecha de la discordia, dado que el gobierno de Biden optó por excluir a Nicaragua, Cuba y Venezuela. En respuesta, algunos países, abanderados por México, decidieron boicotearla, como Bolivia y Honduras.
Otros participan en el encuentro, pero como portavoces de los que no pueden venir o para manifestar sus reivindicaciones.