La salud bucal es un asunto que requiere constancia. Es muy importante interiorizar que, al menos, debemos lavarnos los dientes tres veces al día. Sin duda, el cepillado más importante es el que se realiza por la noche, ya que durante esas horas la boca no genera saliva y las bacterias acumuladas campan a sus anchas. Esto se debe a que la saliva es antibacteriana y protege la flora bucal de los elementos nocivos. Durante el sueño, no se mueve y no puede ejercer su función de limpieza.
Este hecho convierte en obligatorio el cepillado nocturno. Así, las bacterias serán mínimas y no proliferarán en la sequedad de la boca, evitando la agresión sobre el esmalte dental. Además, la ingesta de algunos alimentos como los hidratos de carbono y los azúcares desarrollan más las posibilidades de padecer caries, periodontitis o gingivitis.
Pero, ¿es mejor cepillarse los dientes inmediatamente después de cenar o antes de acostarse?
Dejando de lado a aquellos que cenan justo antes de irse a dormir, la pregunta se destina a los que dejan pasar varias horas entre una acción y otra. Algunos expertos defienden que, si se realiza en cuanto se termina de ingerir los alimentos, el fluoruro incluido en la pasta de dientes permanecerá más tiempo en ellos, protegiendo y fortaleciendo el esmalte durante todas las horas de la noche.
Otras fuentes dicen que se puede esperar entre 20 y 30 minutos. La realidad es que el tipo de alimento que se consuma en la cena influye en la rapidez con la que es necesario cepillarse. Si contienen mucha azúcar, es recomendable limpiarlos cuanto antes, pero si son ácidos (como los cítricos o los tomates) barren la placa bacteriana y no hay tanta prisa para proceder al cepillado, que puede retrasarse hasta una hora. El tipo de esmalte de cada uno también influye, porque los hay más y menos resistentes a las bacterias.
¿Qué ocurre si se olvida el cepillado nocturno?
La placa bacteriana se endurece más y es más difícil eliminarla. Si se trata de un olvido no tiene mayor importancia, ya que el resto de los cepillados que se realicen durante el día lo eliminarán. El problema está en que se convierta en una costumbre.
Queremos reiterar la importancia de tener una buena rutina de limpieza bucal que, además del cepillado, incluye el uso de colutorios e hilo dental. Recuerda, además, visitar a tu dentista una vez al año como mínimo y cada vez que tengas alguna consulta o molestia.